LOS ACAROS DE NUESTRAS AVES
Los ácaros de las plumas se dividen en ácaros inofensivos, que viven sobre la piel así como en las plumas, y ácaros muy pequeños, que pueden escarbar en el cañón y el folículo.
Los primeros, Syringophilus bipectioratus, suelen encontrarse en aves salvajes, ninfas (carolinas), canarios, y palomas. Se alimentan de desechos de las plumas y la piel y pueden provocar irritación que conducen al mal hábito de desplumarse. Los segundos, Dermoglyphus elongatus, anidan en la estructura de las plumas.
Solo existe una terapia segura contra los ácaros de las plumas. Mantenga su jaula lo más limpio posible. Deje que las aves se bañen tanto como quieran, y mantenga alejadas a las aves salvajes utilizando todos los medios que tenga a su alcance. Estas precauciones ayudaran a controlar al ácaro rojo de las aves Dermanyssus gallinae. Este ácaro vive en el exterior, se refugia durante el día en grietas y hendiduras, en perchas y caja-nido, y luego reaparece de noche para atormentar a las aves alimentándose de su sangre. Un ácaro no necesita mucha sangre, pero en gran número estas plagas pueden causar un daño indecible, debilitando a sus aves y propagando enfermedades. Las aves del nido pueden estar constante y severamente atormentadas por estos ácaros chupadores de sangre. Es importante pues que en cada sesión de limpieza examine a fondo sus jaulas, utensilios, etc., para ver si hay ácaros. Un cristal de aumento le ayudara eficazmente. Cubra una jaula con un paño por la noche y examínela al día siguiente para comprobar si hay minúsculas manchas rojas en la tela. Si las hay, la tela debe quemarse o empaparse en petróleo y luego lavarse con detergente antes de usarla de nuevo. Y debe limpiar y rociar con un pulverizador la zona donde tenga a las aves.
El ácaro rojo de las aves pueden vivir durante semanas o incluso meses sin ninguna ración de sangre. En dicho momentos los ácaros son difíciles de detectar ya que son traslucidos hasta que de nuevo tienen la oportunidad de alimentarse de sangre. A temperaturas de 20º, los ácaros pueden reproducirse cada cinco días. Sobreviven en jaulas de exterior incluso en épocas de fuertes escarchas. Los ácaros rojos (y otras especies de ácaros) pueden ser introducidos en sus jaulas en cualquier momento por aves en libertad tales como gorriones, estorninos y palomas que se posen en el tejado del palomar para arreglarse el plumaje con el pico. O pueden ser introducidos al llegar una nueva remesa, especialmente de aves de grandes almacenamientos.
Muchos insecticidas son efectivos contra los ácaros rojos. La mayoría de ellos contienen piretrina, extraída de la flor del piretro, un tipo de crisantemo. Así, la piretrina es una sustancia natural al mismo tiempo que inocua para la salud. La piretrina es también eficaz contra las garrapatas, los piojos, las pulgas y los ácaros. Aplíquela a todas las partes de la jaula, utensilios, etc. Cuando trate a sus aves, dedique especial atención al cuello, al área de alrededor del ano y a la zona de debajo de las alas. No devuelva a las aves a sus antiguos alojamientos hasta que todo esté completamente seco. Repita el tratamiento después de varios días para asegurarse de eliminar cualquier huevo de insecto.
David Vara F.
Los ácaros de las plumas se dividen en ácaros inofensivos, que viven sobre la piel así como en las plumas, y ácaros muy pequeños, que pueden escarbar en el cañón y el folículo.
Los primeros, Syringophilus bipectioratus, suelen encontrarse en aves salvajes, ninfas (carolinas), canarios, y palomas. Se alimentan de desechos de las plumas y la piel y pueden provocar irritación que conducen al mal hábito de desplumarse. Los segundos, Dermoglyphus elongatus, anidan en la estructura de las plumas.
Solo existe una terapia segura contra los ácaros de las plumas. Mantenga su jaula lo más limpio posible. Deje que las aves se bañen tanto como quieran, y mantenga alejadas a las aves salvajes utilizando todos los medios que tenga a su alcance. Estas precauciones ayudaran a controlar al ácaro rojo de las aves Dermanyssus gallinae. Este ácaro vive en el exterior, se refugia durante el día en grietas y hendiduras, en perchas y caja-nido, y luego reaparece de noche para atormentar a las aves alimentándose de su sangre. Un ácaro no necesita mucha sangre, pero en gran número estas plagas pueden causar un daño indecible, debilitando a sus aves y propagando enfermedades. Las aves del nido pueden estar constante y severamente atormentadas por estos ácaros chupadores de sangre. Es importante pues que en cada sesión de limpieza examine a fondo sus jaulas, utensilios, etc., para ver si hay ácaros. Un cristal de aumento le ayudara eficazmente. Cubra una jaula con un paño por la noche y examínela al día siguiente para comprobar si hay minúsculas manchas rojas en la tela. Si las hay, la tela debe quemarse o empaparse en petróleo y luego lavarse con detergente antes de usarla de nuevo. Y debe limpiar y rociar con un pulverizador la zona donde tenga a las aves.
El ácaro rojo de las aves pueden vivir durante semanas o incluso meses sin ninguna ración de sangre. En dicho momentos los ácaros son difíciles de detectar ya que son traslucidos hasta que de nuevo tienen la oportunidad de alimentarse de sangre. A temperaturas de 20º, los ácaros pueden reproducirse cada cinco días. Sobreviven en jaulas de exterior incluso en épocas de fuertes escarchas. Los ácaros rojos (y otras especies de ácaros) pueden ser introducidos en sus jaulas en cualquier momento por aves en libertad tales como gorriones, estorninos y palomas que se posen en el tejado del palomar para arreglarse el plumaje con el pico. O pueden ser introducidos al llegar una nueva remesa, especialmente de aves de grandes almacenamientos.
Muchos insecticidas son efectivos contra los ácaros rojos. La mayoría de ellos contienen piretrina, extraída de la flor del piretro, un tipo de crisantemo. Así, la piretrina es una sustancia natural al mismo tiempo que inocua para la salud. La piretrina es también eficaz contra las garrapatas, los piojos, las pulgas y los ácaros. Aplíquela a todas las partes de la jaula, utensilios, etc. Cuando trate a sus aves, dedique especial atención al cuello, al área de alrededor del ano y a la zona de debajo de las alas. No devuelva a las aves a sus antiguos alojamientos hasta que todo esté completamente seco. Repita el tratamiento después de varios días para asegurarse de eliminar cualquier huevo de insecto.
David Vara F.